El poemario en versión digital

GIRAPOEMA en formato de revista digital gracias a Dennis Mariella.
ESCRIBIENDO CONTIGO O SIN TI


Si me pides que deje de escribir o actuar para dedicarme solamente a ti;

no voy a aceptar.

Prefiero sentir mi alma resquebrajándose durante mil años,

hacer del mar mis lagrimas y de los riscos el pozo de mi dolor.

Escojo vivir con esas terribles grietas en las venas;

lo prefiero a retirar las letras de mí.

Lo decreto antes de dejar de contar historias en los distintos escenarios.

Porque si ello se ausentara más de cinco minutos,

dejaría de respirar,

muriendo así por causas naturales antes siquiera de empezar a llorar por ti.





Aunque no seria mala idea

después de 500 años

ceder a tu amor y quedar petrificado.

Convertirme en una estatua más de la colección de tu sala

y ser recordado como el poeta de piedra que no supo amarte,

como el actor que siempre mintió arriba de una tabla para decir la verdad.





Ámame así o sal huyendo antes de que se quemen tus piernas.

La pasión por mi trabajo puede enardecer a cualquiera.

Escucha las letras que salen de mí

ó corre a otro paraíso tapándote los oídos.



Veme a ver al teatro sin importar que las obras sean para niños.



Lee mis tonterías y dame el avión pensando en que algún día llegaré al valle de lo sublime.

Regáñame de vez en cuando si no escribo

y pídeme siempre que interprete mejor mi papel.



Leamos juntos a Buckowsky, Zaid, Baudelaire, Rimbaud, Zonta y Aridjis.

Oigamos a Bach, Vivaldi, Dark Soho y Astrid.

Vayamos a ver a Cauduro y a mi viejo amigo Aquiles que nunca te presenté.

Gocemos del musical de Mecano sin arrepentirnos de la década de los 80.

y hagamos del Lago de los Cisnes una tradición.







Solo así recibirás flores todos los días,

tendrás poemas que te hagan siete veces el amor.

Amanecerás exhausta entre mis brazos

y harás de tu estancia una sonrisa compartida.

Disfrutaré contigo una hora de caricias tiernas

te quitaré las lagañas con un desayuno a la carta,

serás libre de fabricar tu día

y consentiré tus humores si amanecieras adolecida.



Óyeme así o petrifícame dentro de 500 años,

sella tu amor en un beso con condiciones

ó calla hasta entonces conmigo.

Edifiquemos almas o sal a platicarle a otra persona sobre la historia del dinero,

consuélate con una casa en Long Beach

y trata de conocer a algunos amantes en el cementerio.



Porque de ser así,

tu y yo aunque bajo tierra estemos

no compartiremos las mismas tumbas ni tendremos al mismo anfitrión.

Yo seré invitado al baile del cempasúchil

y tú al homenaje de los faraones perdidos.

Yo cenaré pan de muerto y mucbipollo

y tú pedirás espaguetis para llevar.

Pasarás los días extrañando tus vestidos y pensando en quien pueda estar presumiéndolos ahora.



Yo,

seguiré escribiendo y pisando de vez en cuando esa divina tabla con otra historia nueva que contar.

Cobraré las funciones y no desistiré de dar una que otra cortesía para quien me caiga bien.



Ya que te conozco diría que siempre consigues lo que quieres,

eres tenaz, determinada y serías capaz de pasar un milenio en el intento por conseguirme,

pero de no compartirme como soy,

tardarán 500 años tus murmullos

para que yo pueda ceder a tu amor.

Solo así lograrás tener en tu sala

a ese poeta de malaquita;

tú pensando cada tarde atemporal

en el idiota insensible que alguna vez conociste y que no pudiste aprehender en vida

y yo sin poder mover ni mis ojos, seguiré labrando una inscripción que diga:



"El dolor deja sabiduría acerca de la resistencia"



Porque te conozco también te digo que si me compartes como soy,

harás lo que quieras conmigo,

cumpliré cada uno de tus sueños

sin importar lo que me cueste el diamante que seguro pedirás.

Saldremos a viajar cada que estés aburrida

y conversaremos las horas que nos alcancen hasta que se detenga el tiempo entre tu y yo.

Te llevaré al mar Caribe de vez en cuando para charlar con las orquídeas de Solferino,

observaremos juntos el desfile de los peces Loro,

y si corremos con suerte,

una escuela de rayas águila se alojará unos meses en la isla de Cozumel pasando antes por Holbox en dirección a Río Lagartos.




Viviremos la evolución del arte de nuestros compañeros en el querido Quintana Roo.

Añoraremos las viejas reuniones de largo aliento en la que tú y yo nos conocimos,

haré siempre lo mejor de ti,

y hasta cocinaré en ocasiones especiales.



Una vez despidiéndonos de nuestros entrañables amigos,

conoceremos la Sagrada familia, la torre Eiffel, Valencia y Costa Rica.

Te amaré durante los 1000 años que viviré con la fortuna de tu amor

y moriré por ti de ser necesario.

Yo siendo poeta y actor

y tu feliz de que yo lo sea.





Te suplico que no me pidas que me dedique solamente a ti,

es muy difícil explicar un camino con corazón.

No me demandes elegir, escoger ó preferir,

sería ofrecerte la amarga decisión

de escribir contigo o sin ti.



Carlos Wilheme – México
ATINO


En esta noche insomne se desbocan

los deseos de estar cerca de ti

y el espíritu de la distancia

me trae el llanto de las olas desoladas.


Puedo oír como el viento dialoga con las hojas

y como el grillo canta debajo de mi ventana

y como las estrellas van rezando en silencio

y como la tierra solicita su mensaje de paz

y como la misma tierra sostiene a sus vivos

y como guarda en sus entrañas a sus muertos.


Y puedo preguntarme si estarás escuchando

el rumor de las piedras y el murmullo de las nubes

y puedo responderme que estás adivinando

el código del viento que de prisa va pasando.


Y puedo preguntarme si estarás preguntándote

si en las estrellas residen todas las almas buenas

y puedo responderme que esta noche estás buscando

en cada una de ellas las almas buenas de tus antiguos mayores.


Y puedo preguntarme cómo será el morir

y puedo responderme que nunca lo sabré

ya que cuando mi cuerpo muera ya estará

inerte y mi alma volará en las manos de Dios.


En esta noche insomne

de esta gran ciudad

me acompaña el segundero

que no se cansa de jugar con el tiempo;

ahora, son la dos y tantos minutos

y estamos tan lejanos y cercanos;

en esta soledad intento escribir versos

y se me forma un abismo ante la realidad,

y sólo atino a beberme tus recuerdos



Delia Rengifo - Venezuela
¿DÓNDE TE HAS IDO?



Vi cuando mordías la noche

venciéndola,

ocultando tu sombra

tus dientes malignos tallan

en mis pupilas

tu rostro

te busco debajo del sueño pulcro,

tanteando las escaleras

buscando tus pies

Me levanto y no estás

se agoto el café y el pan duro

Y aún las golondrinas carcajean

en las noche

¿A qué juegas soledad?

¿Dónde te fuiste?



Jairo Prieto – Venezuela
DIVINA TENTACIÓN


¿Has besado alguna vez

labios tan fríos

como la noche?.

El viento sopla en el agua

la sombra que oculta la luz,

el fuego que hay en el cielo

renace en la ausencia.

Callada se rompe en llanto

y en el momento

surge la pregunta:

¿has besado alguna vez

el tiempo

que se te ha olvidado?



Dardo González – Argentina
LA BELLA Y EL PEREGRINO


Las perlas de mi sonrisa han despertado el canto de esta fuente silenciosa. Soy bonita como esa rosa blanca que ha abierto sus pétalos en el verde regazo de mayo. Este eucalipto despliega sobre mí sus frondosas ramas para guardarme de la caricia ardiente del sol.

Vivo en los campos porque mi sitio está entre las flores. Tengo por doncellas a mi servicio a las mariposas, y los árboles frutales tienden hacia mí sus repletas bandejas.

Aquí me has encontrado, triste peregrino, con tus pies descalzos y tus ropas harapientas.

–Dame de beber el agua de tu fuente –me has pedido, y no me has mirado a los ojos.

Y mi respuesta ha sido:

–Que la lluvia calme tu sed. El agua de esta fuente me pertenece sólo a mí, y aquel que sea mi dueño será el único que podrá beberla.

–Entonces pídele a las nubes que te procuren un dueño a la vez que calman mi sed.

Y el triste peregrino ha seguido su marcha. Y yo me he quedado sola con toda mi belleza... En mis ojos ha nacido un nuevo manantial.



E. J. D. N - España.
NATALIE, UN DÍA...

ahí está, cerca del puente con su puntual manera, con el tiempo de la mano, el que le queda...

corre a salvar la vida, se le alborota el pelo

(el bosque parece un remanso, con la tristeza de mucho tiempo)

y el amor, que gatea como un niño, espera con la ilusión de un debutante...

al cruzarse,

vierte

el alma y

aprenden a morir a la vez.



Isabel Barbero Antón - España
EROS


Encontrarás en los versos,

en todos los versos míos.

Frases en forma de besos,

que llegan a ti, rocío.

Mi amor es ese río,

que respira entre sus brazos.

Aleja de ti lo frío,

al brindarte mis abrazos.



David José Figueroa González – Venezuela
LIII


Hago de ti una guitarra
para oírte con la afonía sonora de escuchar
No sé si eres cadencia o boca contenida,
quizás te erices en el umbral de las palabras
y puedas decir algo a esta oreja trunca
como la de Van Gogh.

Eres un ser remoto que vuelve con la música
una sola nota que canta y genera de adentro,
un concebir.

Pero quiero tocarte para soltar
los múltiples secretos.
Así no vivirás como las casas
sin techos y sin sueños
donde las risas y el amor se han ido.
Tú el concebir.


Magaly Salazar Sanabria - Venezuela
MI GORRIÓN


Tuve en mis manos un gorrión que me cantaba,
colchón de plumas bellas,
patitas de flauta dulce,
voz de aguas calmas.

Yo lo tuve, ¡sí señor!, muy cerquita de mi pecho,
durmiente pordiosero,
amante de mi invierno y
enamorado de mi pelo.

Y por ahí salió buscando
un manojo de aires nuevos;
una espiga,
un poema el calor y su recuerdo
me custodian hoy a mí.

Tuve en mis manos un gorrión
con alas delta,
vendedor de mil quimeras,
cigarrillo cantarín,
con ojitos de alelí
y un costal de plumas nuevas
que me besan en la frente
cuando no puedo dormir.

Tuve un gorrioncito no enjaulado
que se vino a robar el
alpiste de mis labios...



María Eleonor Prado Môdinger – Chile
Si pones un corazón al descuido

si lo abandonas

en una caja de cartón,

lisa, sin estampados,

en mitad de la carretera,

puedes correr con la suerte infinita

de que un camión de frutas

que va a esa otra ciudad

le pase por encima

y lo extienda

uniformemente

sobre el asfalto.



Adriana Bertorelli Párraga - Venezuela
HACIENDO UN RETRATO


Enfocando el objetivo de Variogón
apareces en el buen punto más notable.
Punto fuerte de la regla de las tres partes.

Dispuesto a medir con fotómetro la luz.
Medida ya una vez la luz, pon lo que marque.
Abriendo el diafragma, que no es un paisaje.

Sólo queda poner tiempo de obturador.
Ni muy lento ni muy rápido, el que señale
el fotómetro, pero antes el recordarte

que cuando te mire yo, mires también tú
y estés quieta por sacar máximo detalle.
Las fotos y profundidad de campo. Es arte.


Octavio Bello García – España
ÚLTIMA VERSIÓN DE PRÍNCIPE


Yo quiero un príncipe más sensible

que azul,

El color es lo de menos,

que mate los dragones ancestrales

con la espada de mis sueños.

Que se coma a pedacitos

mi boca manzana,

que incendie de mariposas rojas mi vientre,

que olvide las brújulas

entre mi bosque de trigo reventado.

No importa que sea distinto de azul,

tampoco yo soy rosada.



Nohora Viviana Cardona Núñez - Colombia
EROS



Tu sensual empeño

de quijote a punto

De querer anclarte a

Mi molino en pié

Tuvo recompensa

Cuando di en tu blanco

Y quedé prendado

De volverlo a hacer



Omar Alejandro Flores - Chile
DESEADA



Aldeana preciosa y ufana

Aturdiste al senescal

Con tu piel dorada y humana

Con tus labios de coral

Furiosa en combates de alcoba

Altiva en tu seno frugal

Tus lácteos secretos de loba

La escarcha te cubre sensual

Tu piel de blancura brillante

Tu nido de un negro esplendor

Crispada enramada mutante

Exudas perfume y vapor

Portentos, columnas de mármol

Que llegan al eje angular

Del triángulo obtuso del trébol

Que tiene un interno lunar

El viento se adueña del cetro

Y quiere ocupar el lugar

Con su inmanescente presencia

Hurgar aturdido su hogar

La chica en su cuerpo deseado

Acerca el pulsante y vivaz

Que acepta el deleite infinito

Saciando su instinto fugaz.



Agustín Montes de Oca V. - México
PRISIONERO DE TU PIEL

Reo de tu piel,
prisionero de tu ser,
lideré más de una evasión,
pues el único preso soy yo.

Escapada fallida, captura,
Houdini fue mi inspiración,
castigo y tortura,
vuelta a los barrotes de tu amor.

El patio de la cárcel
es tu rostro,
por donde paseo absorto,
a pesar de verlo mil veces.

Mi celda son tus ojos,
al entrar perdí la llave,
son casi siete cerrojos,
se lo que piensas:
soy culpable.

Soy culpable sí,
pero culpable de amor,
penado con la vida,
tipificado en el corazón.


El indulto fue denegado,
se dictó íntegra condena,
así quedé abnegado
a cumplir la perpetua cadena.


Cual Conde de Montecristo,
buscando un tesoro bastardo,
yo lo encontré aquí mismo,
ejecutadme como Estuardo
en esta bendita prisión,
que como el “Romance del Prisionero”
ni sé cuando es de día,
ni cuando las noches son.

¿Alguien querría huir?
estando en sano juicio si,
habiéndote probado como yo
reincidiría ¡como no!


Luis Miguel Esteban Casado – España
EL RECUERDO


El recuerdo,

esa calle larga

habitada por lo que nunca

se ha muerto,

pasillos a veces oscuros

donde trafican los ángeles

con sus hábitos de alas,

un mismo lugar

para colgar mañana

este cuarto y sus ventanas,

este viento que detrás de las cortinas

enciende el paisaje

y lo apaga.


No hay el mar

donde arrojar como de niño

tu deseo en una botella,

sólo la ola de la noche,

inmóvil,

la espuma de los árboles

y estás aquí,

mirando lo que quizá después

se vuelva más cierto,

escuchando el aletear de un insecto,

el rodar de las guayabas.



Todo será recuerdo

cuando amanezca,

cuando comience a caer

en la memoria

la sombra de las cosas

y te encuentres de pronto

demasiado lejos,

en el umbral de una puerta

imaginando tu historia

a la manera de los hechos.


Esperar así

a que llegue la tarde lluviosa,

a que se llenen de olores

las macetas,

esperar junto a lo que se fue metiendo

detrás de las horas,

mientras te sientas a la orilla

de la cama,

en la playa de un espejo,

mientras el amanecer

baja a humedecer despacio

la tierra de tu cuerpo.

Rosy Palàu - México
TUS PALABRAS


Hoy necesito palabras, tus palabras

Desesperadamente.

Hoy necesito voces,

Que vibren en el aire,

Que digan cualquier cosa:

De la vida que cansa,

De la muerte que arredra,

De la risa y el llanto

Qué sé yo…

Hoy necesito que tu voz

Mate el silencio

Sé como hablan tus manos,

Tan expertas,

Tan sabias,

Tan urgentes,

Tan tiernas.

Cuantas veces puse voz a tu tacto,

Soñé con tus palabras,

Poderosas y dulces,

Como tus manos.

Y tantas otras veces imaginé,

A partir del silencio,

La ficción de ese amor anhelado

Hoy despierto en un aire callado,

Sin fantasías,

Sin ilusión,

Sin sueños.

Hoy ha muerto el amor

Inventado a partir del silencio.

Por eso necesito palabras, tus palabras,

Por eso desespero

Desde antiguo,

Mis acallados pensamientos dicen:

No hay palabras en él,

Nunca las hubo,

Deja ya de esperar.

Vuelve a tu sueño.



Pilar Galindo - España
BARRO


Aquellas viejas piedras inertes,
que parecían mudas,
despiertan, hablan y cuentan,
porque el hechizo de los siglos,
paciente,
esperaba las mágicas palabras.

Y aunque el sol insiste en inundar.
día a día,
la catedral,
con la especial luz de sus rosetones...

Aunque el frío León, la tierra perdida,
permanece con sus puertas abiertas.

Unas manos,
unas palabras,
una fe,
lo ponen al descubierto.

Y dirán que era irremediable, evidente...
pero esas palabras, esas manos mágicas,
manchadas de tierra,
de los pies a la cabeza,
saben del lodo,
de la tierra seca,
de lo humano,
y de lo divino.

Y que lo importante, lo valioso, está debajo.

Y que para llegar hay que excavar,
profundizar,
y no temer a mancharse.

Y no es una espada el objetivo,
que las herrumbrosas espadas de hierro,
ya dieron su mineral a las plantas,
por eso crecen tan verdes.

Es el secreto de la vida,
hondo, profundo.

Tanto, que al final lo tienes al lado.

Pero había que mancharse, lavarse y volverse a manchar.

Y cuando tu cara, cubierta de barro, piense que no hay más,
tus bellos ojos podrán ver que has llegado,
al umbral.

Donde sólo has de decir: Hola, soy... Sherazade.

Y los dioses del Olimpo, y los otros, te dirán:

Te esperábamos.

Pasa a tus aposentos, desnúdate, toma un baño aromático,
y recoge tu vestimenta eterna.

Te esperamos en la cena de los dioses, ma belle.


José Antonio Pizarro – España
CONSTANCIA

A Margarita

Con sólo nombrarte los azules regresan a mis ojos
legiones de estrellas
se ven por rincones
y el recuerdo atraviesa el aire como una campana
Las horas sin parar regalan sus mejores oficios
Con sólo nombrarte los azules regresan a mis ojos
Por todas partes me encuentro con barcos de papel
donde anegadas galopan las lluvias de mi infancia
En las noches crecen intima las profundidades
acompañando aquellos soles que se quedaron sin regazo
Con sólo nombrarte
se multiplica el andar de la ilusión.


David Figueroa Figueroa – Venezuela
Ya no pierdas tu mirada en el vacío,
no encontrarás tu respuesta ni la mía,
sólo abismo...
Ya no pienses, ya no dudes,
mejor fija tus ojos en los míos
que yo te haré compañía...
Y cada noche te contaré,
gota a gota,
lo que aún no entiendes de nosotros...

Mírame y ya no pienses,
olvida tú aquella noche,
que yo me encargaré
de recordarla siempre...
Mírame y ya no pienses,
será mejor no entender nada
de lo que pasa con nosotros...


Celai Hilders – Venezuela
NO VENDRÁS



No vendrás porque temes
enfrentarte a mis ojos desnudos
a mis reproches silenciosos
a los gritos de mis lágrimas.
No vendrás porque temes
que se te acelere el corazón al verme
y que yo siga siendo hermosa,
casquivana e imposible.
No vendrás porque me temes
respirando en tus mejillas
acariciando una sonrisa
y sembrándote en la duda.
No vendrás... porque me temes.
Ay, amor, si vinieras,
me encontrarías temblando.



Mara Espiñeira - España
¡TUS OJOS-MIS OJOS!


¡Quién lo hubiera imaginado!.

Por un mandato del cielo,

¡a mis ojos!, una estrella

muy fugaz, con sus destellos

los dejaron sin su luz

y desde tales momentos,

ocasos y amaneceres

que ayer gocé, ¡hoy, no puedo!

Cuando soñé ver tus ojos

solo vi pájaros negros.

¡Un concierto de graznidos

acompañaban sus vuelos

y creí ver golondrinas

anidando en los aleros

y quedé como perdido

en un mar de pensamientos!.

Entonces, ¡llévame tú!,

lazarillo en tu velero,

navegando, navegando

la magia de mi universo,

por aguas imaginarias

con placidez en sus vientos,

para nunca naufragar

en los mares del infierno

¡y tener siempre tu luz!

de tantas sombras que tengo...

¡Imposible imaginar

que el juego se me hizo cierto!.

Hoy ya sos mi lazarillo,

en la umbría no me pierdo,

y a pesar que en una cárcel

es un puñal el encierro,

no te extrañe si te digo

que soy muy feliz por eso.

Si preguntaras por qué,

¡más feliz si te lo cuento!...

¡Por tus ojos que a mis ojos

la luz vertical le dieron!,

¡me quedaré para siempre

de tus ojos, prisionero!.



Héctor Pedro Rodríguez – Argentina
NO SON MIS MANOS


(1)
No son mis manos ya
las que te buscan
y te inventan con claves
de ternura
la sonrisa, la frente,
los dos muslos,
la cabellera ardiente
de penumbras,
ni tus ojos-aljibes,
ni tu espalda.

No están mis manos ya
en esa larga
dormición de tus pechos
ni en el fuego
boreal, de tu vientre
anochecido.

No están ya en el aire
ni en el nido.
No están ya en la tierra
ni en tus flores.
No estoy ya
invitado a tus paisajes.
No estoy ya
florecido de temblores.

(2)
Yo siento por mi cuerpo
tus cuchillos,
el mar que viene y va,
que va y que viene
con su eterno barniz
de llamarada.
Tus miradas me endulzan
las entrañas.
Largas, las horas danzan
sobre vidrios
y tinajas de miel
con escorpiones.


Daniel Baruc Espinal Rivera – República Dominicana
HERMANA

Mírame, ¿qué ves en mi rostro?
Háblame, ¿qué escuchas en la música?
Mírame, ¿puedes abrir los ojos?
No, no puedes.

Tu rostro pálido, tus ojos en blanco
Oh, como odio este lugar
Cuanto deseo que sea un sueño
Si lo es, deseo despertar.

No estas muerta, conectada estás
Yo debería estar ahí, en tu lugar
Deberías estar jugando, con tu bola de cristal
Y no acostada en cama, en estado vegetal.

Mis ojos se cierran, ¿dormiré?
Y si es así, ¿a donde soñaré?
Deseo flotar, en un bosque sin igual,
Donde tu y yo juguemos sin parar.

Pero cuando abra los ojos, veré la realidad
No estas muerta, conectada estas,
Y yo aquí me quedo, en silencio
Y mi voz no aparece, esto no es un sueño

Mamá dice que despertarás
Papá ha venido a verte
Están juntos por ti, hermana
Háblame ¿te queda vida?

Cuando sea grande seré como tú
Tan alegre, tan hermosa
Y tendré un novio como el tuyo
Y a mi hija le pondré tu nombre.

Por favor hermana, despierta.
El silencio me asusta
Quiero oír tu voz
Quiero oír tu risa.

Háblame ¿despertarás?



Pablo Croquevielle – Chile
SOBRE LA MUERTE DE MI PADRE


Todas las tumbas están vacías.

¡En los cementerios no hay nadie!

Padre Torres Maia

Párroco de Sâo Féliz de Marinha, Portugal




No visito cementerios

Los cuerpos sin vida no tienen ningún valor

Mi padre fue cenizas en la urna

antes huesos en un ataúd

antes cuerpo de velorio

y antes de eso enfermedad

Hoy no es ceniza, no es hueso,

no es velorio, ni fealdad

Es una caricia esbozada,

un presente de recuerdos,

un cierto orgullo filial,

una imagen congelada

que con suaves movimientos

me busca en cualquier momento

me alcanza en cualquier lugar.

(En carretera Punta del Este-Montevideo, 10 de abril, 2007)



Marta Avellaneda – Argentina
CUENTA CONMIGO

A Alejandra, Q.E.P.D.

10-04-1958 - 29-07-2007



Para despegar,

para dejar atrás,

para volar y

escapar.

Cuenta conmigo.

Porque no me iré

sin recordar tus ojos.

Cuenta conmigo.

Porque no dejaré sola

tu heredad.

Cuenta conmigo.

Porque nunca olvidaré

tu risa, ni tus ganas,

tu llanto o tus penas.

Cuenta conmigo.

Porque me enseñaste

tanto.

Cuenta conmigo.

Para contar, para llorar,

para esperar, para llegar…

Cuenta conmigo.

Porque nunca olvidaré

tu primavera

y tu música y tus sueños;

nunca olvidaré

tu camino, que nunca fue en vano,

y que en mí quedará

como una estela perenne

dibujando tus pasos

por mi vida.

Cuenta conmigo.

Porque tu risa

quedará,

tus palabras

quedarán,

tu vida

quedará

y adonde quiera que esté

irán conmigo.

Cuenta conmigo.

Y tantas canciones

sonarán

y al escucharlas

me traerán tu memoria,

pues, tú me las mostraste.

Porque no estás

sola

y no lo estarás.

Cuenta conmigo.



María Luisa Landman R. – Chile
INSTANTE UNIVERSAL

(En memoria de José Miguel de Haro García: un amigo.)


Frío de ultratumba

viste de blanco;

decrépito su malestar siempre:

en la noche

no hay de qué avergonzarse.

El día se acerca,

empapa de color

los ojos del mundo,

viven pues lenguas de fuego

o espíritus vivos para el Hades.

Quema la vida

lo que la noche hiela.

Dormir plácidamente:

morir soñando,

guiños a un cercano más allá,

mirar a un onírico cielo,

concupiscencia de anhelos

propios o ajenos…

arropar el cuerpo

y desnudar los sueños.

Y si llega el día,

desnudar el cuerpo

y arropar los sueños:

sólo la muerte

viste de luto

noche y día

trae consigo su mensaje:

displicente, nadie lo entiende.

Posa una mano en el hombro,

regala sueños inacabables

diurnos y nocturnos:

arropa en blanco de día

abriga en negro de noche.

Ausente la despedida:

no hay de qué avergonzarse:

nocturnos diremos adiós para siempre.

Diurnos diremos hasta pronto…



Moscugat - España
VERSA IMPROPIA (XXIII)


A Paco Bendezú, in memoriam



Grácil es tu figura, y menuda,

bibelot rescatado de una ignota exhibición de alabastro fino.

Luce tu piel el tacto sutil de duraznos maduros,

tu talle se cimbra cuando hacemos el amor

como el mástil de un junco que ha desplegado velas al atardecer

sobre las aguas doradas del mar de la China.

En tu ombligo anidan pequeñas gaviotas que alzan vuelo,

graznan celosas cada vez que un beso febril estampo en el hoyuelo.

Sobre el paño marfileño de tu dorso podría grabar

sutiles anagramas de tu nombre

o laboriosos alejandrinos a tu sexo,

lúbricos, repentinos, anhelantes.

De tus brazos, que diré, aletean, flamencos

alzando breve vuelo hacia mi espalda;

tus manos siguen mis contornos arcifinios,

encuentran mis oasis,

deducen mis senderos más ocultos.

En tus labios, no importa cuanto los fatigue con mis besos,

atisba siempre el sabor dulcísimo de la fruta prohibida del Edén,

y se entreabren, a la vez exigentes y entregados,

luciendo enfebrecidos el oriente

de las perlas de Adajh-el-Basr

que adornan tu sonrisa.

No guardo un orden lógico elaborando la memoria de tu geografía.

Cada noche es un descubrimiento, el hallazgo

de un valle verdaderamente remoto,

un húmedo bosque de culantrillos, un nuevo topos.

Tú bien lo sabes.

No obstante, la fiebre ni el deslumbramiento

me impiden tener unas pocas certezas

y conservar el rumbo de tu cuerpo.

Sé, por ejemplo, que cuando ciñes mis caderas

con tus piernas y te eriges sobre mí

como una cariátide labrada en coral rosáceo,

tu melena de Medusa bate rizos de bronce sobre el rostro;

entonces los apartas con un mohín de labios

y el tierno influjo de tu aliento;

y sé --tengo tanta evidencia, quizás lo he vivido--

que en ese momento tus pechos se me ofrecen

como las manzanas del Paraíso

que Alá y su profeta entregan sólo por el martirio.

Entonces tengo la certidumbre de que me he conectado,

iluso de mí! , Ex Sistere; y estoy aquí aún;

ya he conocido.

Te he conocido.


Miguel Ángel Rodríguez – Perú
OJALÁ ME REFLEJARA


Sin nombres

Ni veredas caminadas, decir

Que todo el silencio pasa por estos poemas.


Soy, además de ti, un incansable estruendo


Jamás escuchado,

que nace de nubes precipitadas

Volátiles

En aquella esquina

Donde puedo parar a esperar(te),

Respiro (!)

Necesito esta ventana abierta

Como una mirada desde el sesgo

Por donde el manantial resucita:

Mis ojos,

Densos en locura que recorre

Sin final, sin nombre,

Aquello que escondemos

Tan abajo como la tierra.


Javier Sepúlveda - Chile
AUSENCIA


Tu ausencia camina conmigo haciéndome compañía,

acostándose en tu recuerdo como un día de amor furtivo,

febril, sensible y nostálgico…

Tu ausencia me cuenta que no eres mío,

cerrando tu puerta a mi compañía ausente

eres del tiempo, del mar y de tu soledad…

Tu ausencia me olvida, me borra, me ciega,

consolándome por que no te tengo,

desnudándose… entregando lo que no me das…

Tu ausencia me presta su cuerpo para dormir con ella,

besando mis pechos, tomando la salvia

quítame el aire… quítame tu ausencia…

Tu ausencia de besos, de caricias que no han sido,

Es abrir el cajón y encontrar los recuerdos que no están

Todo lo que no ha sido, todo lo que no esta…

Tu ausencia camina, cuenta, olvida y me presta

Pero siempre es ausencia

Porque no estas…por que estas muy lejos…

Luna



Ivonne Bozo – Venezuela
DISTINTOSi te envuelven historias


De perlas y piratas

y puedes ver en casa

orquídeas y bromelias,

dan ganas por momentos

de ser un poco loco.

De no ser siempre igual.


De asirse de un madero

al mar de las antillas

y soñar que no es lunes.

Que ya no existen más.


Por dios qué maravilla!

tan solo por un día,

sentirse que uno es otro

y que el otro, ese día,

dejó de ser igual.



Mario González – Venezuela
SENSACIONES


Mi boca quiere confesarte

Que te beso en sueños

Y que en sueños

Me dedicas poemas infinitos.

Estoy presa en tu corazón

Atada a tu amor,

Que va más allá de todo encantamiento.

Siempre estás en mi mente

Y te siento en mi cuerpo.

Inconfundiblemente te acercas,

Me reconoces,

Me alcanzas.

Y es este juego de seducirme

En el que dejo que llegues

Hasta cada célula de mi ser,

Me eleva, me perturba, me ciega

De la realidad que no es esta.

Estas conmigo en sueños

Y en sueños estoy contigo

Mientras pasan en soledad los días,

Mientras pasan agónicas las horas

Hasta el próximo encuentro

En que la realidad supere el sueño



Kariva V. Garrido – Argentina
QUISIERA

Quisiera poder decirte, entre versos, te amo.
Y mi voz llegara hasta ti como el eco
de un himno cantado por ángeles fugaces;
como el suspiro, en la montaña, del viento seco.

Eres la suave brisa que acaricia ni mente,
que baña a mi alma y a mis ojos humedece.
Eres el beso que viene y posa en mi frente;
eres la alegría que llora y todo lo desvanece.

Quisiera poder suspirar mis versos a tu oído,
sin que mi voz se muriera en el cielo,
como lo hace el eco de un leve gemido
cuando no puede sobrevivir más al vuelo.

Como la lluvia contagiosa de flores blancas,
que nacen a cada nueva primavera verde,
mis versos brotan, bailan y te buscan;
mi poema nace, vuela y rumbo a ti se pierde.

Quisiera hablarte en el lenguaje de las flores,
poder decirte: te amo mariposa durmiente,
y soñarte en mi verso y verte en las flores,
que en este lenguaje el corazón nunca miente.



Al Juárez Santiago – México
MIENTRAS TE AMO…


…" ya que cuando se ama
todo el cuerpo termina siendo labio."

(Luis Rosales)


Tú, mi boca preferida,
donde puedo esconder mis auroras,
vas creciendo como un enamorado…

Vas mudando los años,
pero siempre con la misma seda.
Ésa que envuelve la sospecha de que amarte
es mucho más que recorrer todo un cuerpo;
es tanto como empezar por el final de unos labios
para acabar por el principio de unos besos….


Isabel García – España
SÓLO EN EL BALCÓN…



Sólo en balcón se escuchan las risas ahogadas que llegan del cuarto contiguo.

La de ella acercándose por detrás,

acariciándole el cabello,

haciéndole sentir sus dedos largos y finos buscando el cuello,

el vello encanecido del pecho; el sexo.

Una especie de deseo desabotonador.

Le dice algo que él no puede entender envuelto en la penumbra

del primer gemido que penetra la mañana y en la sangre

agolpada en un único punto palpitante y morado; casi negro.

Él abre los ojos al botón de un seno que le apunta a los labios

y se le niega.

Ella intenta…

singular posición de estiramiento sobre un mar de piel-piel,

otra especie de deseo: calculado.

El ritual de las caricias, el frío de los pies, el calor de los labios.

Cielo perseguido, atrapado, hundido entre pliegues resbalosos

y ácidos.

Telas que se quejan. Paredes que se expanden.

Confusión de brazostorsos, de besosmanos,

como cuerpos recién inventados,

camuflados… inmóviles…silenciados.

Fusión: esa dulce amarga percepción de los amantes.



Marianela Alegre – Argentina
Traigo la lluvia a tu mar de esquina,

ancla suelta.

Espera, paciente, a que despeje la niebla.

Borrada del mundo, de frente en la orilla,

arranca descalza, sonámbula, sin respuestas.

Quién eres, si no alcanzo a verte;

qué quieres, si del cuello vierte mi pulso.

No hablas. No te resistes.

Al quedar la casa, sola,

la ciudad escucha sus quehaceres;
Quellón de verde sordo,

gris de pino, rumor de sed.

Tras la puerta, se dice

guardabas reloj y celibato;

los ojos que te cavan, hiel de palo santo;

un reojo de Chilote a su tierra de exterior.

Me repites sin saber

si cruzas los pliegues de esta lengua,

sin saber, te tientas a esta historia;

historias de perdido, niño, perdido,

cóncavos de tanta leña (y un par de mar).

La tarde en la calle desmenuza

los mitos en cada piedra;

esa lluvia nos sorprende a media noche.

Abiertos los vendajes, nos contamos

por el cuerpo los restos

de la alquimia,

sin expectativas, objeciones,

extraño de ti, como yo

de tus andazas secas.



Gabriel Larenas – Chile
DÉJAME LA VIDA AMAR...


Sientes como el aire te demora los latidos?...

Cómo te inunda de las inmensidades?...

Arrojando tu mente por un precipicio, volviéndola adicta a la libertad?...

Logrando que tus pocos momentos de felicidad se conviertan en interminables historias,

de las cuales, eres siempre el protagonista...

Liberas tu imaginación,

y dejas que se escape por los oscuros laberintos de las experiencias...

Mientras tu cuerpo se estremece,

tu mirada perdida y lejana, cómo aquella isla en tus recuerdos,

confunde a la idea de los demás,

creándose para ellos el modelo de tu personalidad...

Creyéndose iguales,

confunden lo que eres con lo que quieren que seas...

Su ingenuidad los tiene presos de la idea de lo normal,

y se olvidaron del significado de la palabra volar...

Su codicia les vendó los ojos,

su pobre imaginación se suicidó...

Ya sus ojos casi no ven...

Las vendas les impide la mirada a lo que ellos llaman irreal...

Sólo por dentro su capacidad de amar,

inunda de lágrimas su vacío corazón...

Y así... sólo sobrevive el más fuerte,

Aquél que logre arrancarse las vendas,

con el orgullo firme en la libertad de su mente,

a dejarse llevar por lo profundo de la mirada,

por lo inexplicable de la imaginación,

y por las ganas de querer la vida amar...



Eugenia Gloazzo - Argentina
HAS REGRESADO


¿Has vuelto a casa caminando desde el puerto?

¿Acaso presentías que te esperaba expectante?

Eres un pájaro que libre, vuelve al nido vacilante

y tú vuelves, al que yo dejé abierto.

A estas playas, llegó insidioso un murmullo cierto,

de tus noches cálidas en la ciudad anhelante.

Quise arrancarme esa pesadilla angustiante.

y te traté de olvidar, como sí hubieras muerto.

Mas no te asustes, solo fue un absurdo sueño.

Aunque lo intente, siempre añoraré tu candor.

El deseo es la fuerza que derrota al empeño.

Nunca más te vayas, necesito tu calor.

No te quedes allí parada como en un ensueño

pasa, y brindemos por el retorno del amor.



Néstor Quadri – Argentina
NOCTURNO POR ANGIE…


Resonaron tus pisadas
en las baldosas del tiempo
y refulgió tu mirada
bajo la luz mortecina
del callejón del silencio.
En el balcón del espacio
tocaron siete trompetas
siete divinas rapsodias,
mas el farol de tu estancia
se lo llevaron muy lejos.
El viento llevó su flama
al confín del universo;
su resplandor deslumbrante
deshizo agujeros negros
y yo me fundí con ellos.
¡Largo volar sin ser ave!
¡Loco gritar en desiertos!
¡Triste llorar sin ser lágrima!
¿Cuándo llegará el reencuentro?


José Luis Salas Arteaga – México
la historia
tan lejos,
tan despacio
fuera y dentro
dolor y amor
tu voz y el silencio
confuso juego, juego
quererte y besarte
odiarte y matarte
ironía o locura
tu cuerpo, el recuerdo
ansiedad o desprecio
que vida llena de vida
y que muerte tan fría
esta es la historia vacía
de dos almas caídas
que por miedo a la alegria
se pudrieron en su agonía
que más da ya,
pues al tenerte mi cuerpo se duele,
y al perderte
mi alma muere.


Paula Veltra - México
CLAMOR

Me he perdido en los pliegues de tus labios que aún no tengo, con el ansia de quien posee un cielo inhabitado, como quien perece de alegría ignota, perdido en esa playa donde viene el mar secretamente, ungido de esperanza, perplejo, avasallado, buscando huellas, palabras, actos, agua tuya. Camino sobre los pliegues de tus labios que aún no tengo como un remoto habitante en paraísos derrotados. Insomne, lúgubre, busco tallar en ellos este nombre que me aflige, que habita una casa solitaria llena de nostalgia, diluida en la soledad que me acompaña. Allí te dejaré el inventario de mis dolores en una breve libreta de sueños y ventanas donde asomo lágrimas y gritos. Voy a sembrar en esa tierra de tus labios mis posesiones: El silencio, las cometas tristes con que herí el cielo, el frío de esta nave en que voy a la deriva, mi lluvia, las cicatrices de la vida que no sanan, el viento y el daguerrotipo de la infancia con la única sonrisa que he tenido.


Juan Alberto Rivera Gallego – Perú
CUANDO TENGA QUE VENIR QUE VENGA

Cuando tenga que venir que venga
y que no pregunte desde cuándo lloro,
ni por qué se apagaron mis mejillas
que me roce o me lastime sin cuidar
el efecto de sus besos o las prisas
que defectos tenga tantos como
bosques nubes aves las colinas
que venga sin agenda ni ars amandi
que no me importe su otra media vida
que no sepa de futuros ni promesas
que no sea mi canción su expectativa
que me dé disgustos y desasosiegos
que no me dé nada de lo que yo le pida.
Que su voz me desarme, y que sólo
su abrazo cierre todas las salidas.
que me duelan las ganas de tenerle
que me llene el corazón de arritmias.
Que se marche cuando tenga que marcharse,
que no me pueda dar nunca argumentos
que no se quede a recoger las migas.
Para entonces ya habré sido la envidia de la gente.
De esa gente que lo tiene todo en esta vida.


Marina Hidalgo - España
ESTACIÓN DEL DESEO

Este amor quizás es hijo del deseo.
De la fruta dulce de tus labios.
Del agua fresca que vierte la pequeña fuente
en el mediodía de tu cuerpo.

De morder como un niño los algodones de azúcar
de las nubes densas que destilaron el rocío
de la primera madrugada
cuando me hice hombre.


René Cueto
POEMA

te hamacas a media tarde sobre mi mirada amante
me sonríes
y hay un río de miel entre tus labios ávidos
convoco las campanas los tréboles los mares
y voy hacia ti cantando
pero la tarde hace un paréntesis maldito
y me lanza de bruces a la realidad:
este solo poema


Sara Vanégas Coveña - Ecuador
ÍSTMICA TÚ

Toda entera tú pareces istmo grave:
seno tuyo, la bahía; cuerpo tuyo,
el istmo de cabo a cabo, y sensual
región tierna - angostura de tránsito -
tu enamorada ruta: sexo y espacio
para el encuentro de límite preciso.


Benjamín Ramón – Panamá
Una residencia de sueños,
un lugar digo, con cuatro hileras
de árboles descascarados y
adoquines de granito.
Un umbral frontera de mis pasos,
una puerta cancel descascarada
un zaguán descascarado
una puerta dintel descascarada
un patio largo con columnas de hierro
descascaradas,
una pieza con paredes por supuesto
descascaradas,
una cama con colchón de lana.

La luz del sol que, traspasando
helechos y un mandarino ilumina
el piso de pinotea.

En la cama vos.
Yo que vuelvo de mis guerras
te miro con sorpresa y me doy cuenta
de golpe que la cosa es para siempre.

Te despellejo entonces, te ensalivo
ahí mismo y desde entonces,
así andamos.
Con amor descascarado.


Fernado Bonatto – Argentina
Te acercas
Y mis ojos se hunden
Tu cuerpo es de arena
Parece firme
Pero si piso,
Si piso fuerte
Me voy hundiendo
Cubriendo mis pies
Enredándome caderas
Muslos, cintura
Y yo me dejo
Enterrar suavemente
Mientras pasas
Sin darte cuenta.


Ana Torrijo Arce – España
ÁNGELUS

Amanece.
La brisa golpetea
en la ventana.
Sobre la aparente mancha
de los desposeídos
se arremolinan ellos
con sus almas.
Atraviesan las heridas,
curan y cierran la marcas.
De pura sed de amor
beben historias amargas
las convierten en sublimes.
Vierten néctar que aliviana
y acompañan con sus palmas.
Respiran en nuestras bocas,
el aliento de almas blancas.


Ana Caliyuri – Argentina
Si al final de cuentas bajo el ritual inútil
la hoguera no cumple el exterminio
Entre el caos anónimo del humo
Ciego
Vertical
y poseído
quemaré la efímera memoria
apagaré en la penumbra mi designio
Y cumpliré tu maldición amor
por los siglos de estos siglos.


Lorenzo Morales – México
BALANCE

Henos aquí, juntos y ausentes
aguardando un milagrito
que sustituya el agobio
por sonrisas de otro tiempo.
La vida parece un telediario
de nuestra propia quietud
alejada de cualquier sorpresa
y cercana a todo final.
Quisiéramos decirnos tanto
y tanto es lo que callamos
que el silencio es una feria
de reproches proscriptos.

Ya casi no advierto tu belleza


Jorge López Ramos - Uruguay

35

por el filo
que le nace a mis ojos

por las manos
que les crecen a mis ansias

por la escueta contracción
de esa saliva desértica

que puebla de dientes feroces
la irregular boca
de esta noche agitada

en la que yo transito
instintivo
por el borde de tu ombligo


Leo Mercado – Argentina

UN HOMBRO PARA (NO) LLORAR

Ahora que se acaba el año,
que termina un trimestre,
que finaliza un viejo período,
que concluye el día,
que se acaba la hora,
que se diluye un minuto,
que agoniza el segundo,
que me quedo sin tinta,
que pierdo la hoja en la que escribo,
recupero el sentido,
y un nuevo segundo, otros minutos, más horas,
renovados días, períodos recién nacidos, el primer trimestre,
otro año, un cuaderno virgen, un buen bolígrafo,
para anotar y sentir
que estamos vivos,
a pesar de todo,
y te oigo y te escucho,
mirándote a los ojos,
comprendiendo tu desazón y tu infortunio
porque yo también tengo el mío
pero no son catástrofes ni suicidios,
son desavenencias, soledades, amarguras,
silencios, desatinos,
que se pasan y vienen y van
y la sonrisa se convierte en rictus
pero amanece y la luna ilumina
tus sueños e inciertos caminos
y me complace ofrecer
mi hombro, mi abrazo,
mi tiempo,
mi mejor espíritu
para que desaparezca lo innecesario,
todos los peligros,
un hombro no para que llores
sino para que comprendas
que seguimos unidos.


Alberto Morate – España
Un casi siglo, su lento caer
melancolías sobre rostros serenos, su
musitar entre labios que van poco a
poco gastándose y que ya no
recuerdan nombres ni besos ni
esclavos mordiscos bajo una escalera
cómplice (el amor pide lugar y la
guerra de dos cuerpos que se saben,
ven, sigue la huella que desgrana mi
camino, cuela para iluminar mi
noche con la tuya). Es de manos
temblando incapaces de hallar un
surco, es su impreciso dibujo
constante sobre esa mesa cansada de
ver pasar las vidas (la música, por
dios, la música, el estremecimiento
de un sudor ajeno cayendo de la
frente, su fresca invitación al
suicidio, su eterno esperar sentado).
La espera... la ventana manchada de
una bilis espesa para dibujar tu
huella, su absurdo esforzarse para
tanto, su voz no existente se eleva y
resuena trueno vacío en las nubes, es
un grito que apenas veo y me
atraviesa, su táctil consistencia en la
lengua, su ácido sabor regalándome,
su nombre, su sombra, su muerte.


Antonio González Montes – México

STELLIUM

Aquel día de mayo, a principios de siglo, se anunció que será visible “Stellium”, fenómeno astronómico y desde la tierra una vez antes ocurrió. Se le llamó “Estrella de Belén”, por quienes así concibieron la anunciación del nacimiento de Jesús Cristo. Solo podía verse desde la misma ciudad, 2000 años después. Esa estrella, formada por la conjunción de 5 planetas. Livia pensó ¿quién podría voltear el cielo bajo el fragor de las balas?


Dos cielos opuestos se besaron ayer.
Uno el clarividente, y otro consagrado con vino de la iglesia.
Farándula sin ropa y rasuradas teclas
en una música muda que se guía
por el diapasón del diablo.
Y en medio la nada de testigo.
Acorazada en su bunker artificial dibujando lo natural
de horizontal verticalista con guantes.
Originales esparcidos de un añejo asombro: Una mañana propicia
y ojos suficientes para leer mal lo que estaba bien escrito.
En medio crece sin censura el gigante de la incomprensión
con sus llaves de duda que abre,
abre sin pedir permiso porque así pueden sus manos.
Y el paisaje enharinado se cuela por su destino
lo deja blanco, blando y oloroso, el polvo
no estaba considerado en sus presentimientos
para el sano juicio de todos los deudores.
Ambos cielos,
instalaron un asiento en forma de fe.
Cualquiera puede poseer sus atributos
ninguno sale ganando. La red que domina la gravedad los contiene
patas abajo con la cabeza al norte del algo que les guía.
¡Yo me opongo! - Dijo, sin ser escuchado
el único astro que quedaba de pie.
Los pequeños seguían cayendo muertos bajo sus alas
y del polvo, el único Fénix
cada vez que nacía, era domesticado.


Livia Díaz - México
EL ÁRBOL

Tras un marco labrado
se abre un mundo ignorado
donde un ángel habita.

Un eterno desierto, una hondonada, yerma.
Una aguada agoniza chupada por la arena.

Un tronco emerge, blando. Porfiado serpentea.
Con esfuerzo infinito se aleja de la tierra.

Tiende sus brazos largos, tentáculos nudosos.
Sus ruegos son un grito que oye el cielo nuboso.

Los dioses, impotentes, observan, desde arriba,
la lucha de este ángel por defender la vida.

De la altura desciende una diosa parida
y el ángel la sostiene con ternura infinita.

Sus ramas despojadas, desnudas, lastimeras
mendigan un milagro con gemidos de fiera.

Un agón de tragedia, un agón de agonía,
se cierne sobre el ángel de la vida, que expira.


Sara Eliana Riquelme - Argentina
Primavera del alma, primavera,

de marzo, abril y mayo la corona,
de febrero los fríos abandona
y empieza de la vida su carrera.

La fiera deja atrás su madriguera
y juega entre la hierba retozona,
no piensa, no medita, no razona,
sólo danza feliz en la pradera.

Tersa piel, ilusiones, ansias, sueños,
luchas, temores, miedos y osadías,
juegos de amor y cánticos risueños.

Primavera de penas y alegrías,
baños de sol y vuelos aguileños

hasta juntar la noche con el día.


Mª del Carmen Guzmán - España

HORTELANOS

Un huerto amado
flores, verduras y frutos
cultivados
tú la azada
yo la hoz
día a día caminamos
la senda que recorrimos
ayer, hoy, mañana
siempre

pásame un pozal de agua
voy a arrancar estas hierbas
prueba esta rica manzana
qué bella estás con la flor
en tu cabello enredada

nuestro amor
alimento
cotidiano
huerto
de cada mañana.


Juan Antonio Torrijo Latorre – España

LA CASONA DE COCHABAMBA

“...pesadumbre de barrios que han cambiado
y amargura del sueño que murió”.
Homero Manzi


Me sostiene un empedrado antiguo.
Rechinan en mi, las rueditas
del ruido del tranvía.

Lentamente ,se me acerca la casona,
es el tímido zaguán y
es la puerta cancel que me esperan
con el té de las cinco.

Mi imagen infantil, desarticulada.
El corazón está enhebrado de alegría,
es asombro pueril no descubierto.

Me abochornan la tarde,
la porcelana amarillenta de las tías,
el cuadro de las frutas sabrosas
y tan poco apetecibles.
Se agolpan las vainillas azucaradas,
el prohibido merengue se escurre entre mis dedos,
mi plumetí se ensucia.

¡Qué pesada la tarde!

En el fondo, la magnolia desprendida
del viejo sillón, controla mi aire.
Las mujeres de la casa se dibujan
y quedan atrapadas en el empapelado inventado
para las paredes.
Suben los vestidos por mi falda
y me tapan el rostro.

...Ahí, estoy yo...
en el primer patio, en el de las azucenas
y en el de los ardientes geranios...

Cochabamba, mi propio San Telmo ,
barrio de otros,
barrio,
hoy guardas la risa de una niña
que se quedó entre las nubes
enmohecidas de aquella, su pasional casona.


Elsa Teresita Vila - Argentina
LA MONTAÑA
CON SU CIMA DE NIEVE
ESCRIBE UN GRAFFITTI
EN EL MURAL DEL CIELO


Luz Marina - Venezuela

CAMANCHACA

Sobre la llama
cortas al viento despeinando sueños
en el beso altiplánico.
Boca de camanchaca
y labios de arena en la noche del Valle.
Te cabalgo desnudo
para que vean los ¿conquistadores?
como te entregas
al furor de las etnias.

Para Pamela,-compartiendo el misterio de las fatas morganas.

El remolino rompe en alguna plaza de La Paz y se empina
sobre todas las agujas de las iglesias olvidadas
los santuarios de lana y las estatuas de maíz.
Sobre los ancestrales estadios del floreo.
Cometa de gas y de petróleo
de nieve y soledad
el remolino desciende hasta las aguas titicacas
para enredar su sed.
Parece un hongo nagazáquico
volando el Altiplano
un extraño platillo volador
buscando el ovnipuerto de las Líneas de Nazca.
Detrás de las cumbres
el espejismo es señor de las distancias
y una naranja de luna se lanza hacia Occidente.
El tornado planea a ras de la ciudad.
Frota los tejados
se moja en los oasis
casi se intoxica con el polvo rojo
y se muere de sol en el parque central.
La gente solo ve el desorden de hojas las veredas barridas
y un concierto infrecuente de perros callejeros.
La gente que vive a cielo abierto en su infierno cerrado
no desacostumbra sus vivencias
y piensa en el invierno que amanece.
Otra vez el remolino se levanta de su lecho de polvo
colimando el hogar de la niña que crece
entre las pesadillas que le llevan al sur.
Cuando los moradores de Chuquicamata regresan al asfalto
apenas alcanzan con la nube elevada
y su estela morena.
Entonces
un concierto de llamas y de alpacas
de abejas y guanacos
entona un himno medio réquiem
sobre los coros citadinos.
Los empresarios destraban sus ventanas.
Las gerencias bilingües hacen un minuto de silencio
El segundo turno se burla del grisú.
La familia otea el infinito en espera de su Dios
de papa y de metal.
La ciudad es una voz Todo
entonando el cántico marcial de quién se va
A beber en las impuras aguas
del eclecticismo forzado.
Arriba no hay otra cosa que los tacones limpios de la niña
pataleando en la playa vacía.
Abajo es un plañido.
La hija del Gobernador que ha de volver
con ropa occidental adornada de plumas
gótica y barroca
tremendamente étnica sonora y transparente como los cristales de cobre
al fondo de la tarde.
Bajo el remolino
cortas mi carne acomodando despertares
en el beso metropolitano.
Boca de smog atemperado
y labios de macadán en la noche del Centro.
No te cabalgo desnudo ni te monto enropado
no galopo tus crines ni muerdo tus ijares.
Pero debería hacerlo
para que vean los conquistadores
como te entregas al furor de las etnias.

Luis Eme González - Chile

VUELO TENAZ

Yo quisiera vivir bien
Como las águilas que vuelan libres
Libres en las montañas
volando aun mas alto que las nubes

Respirar hondo el aire frió
de la cúspide blanca
abrir las alas, sentir
el viento en mis blancas plumas

libre como un pez
en lo profundo de el océano
poder mirarlo todo
Nunca dejar de luchar contra el frió
y al final de mi vida
mi alma gozará de la hermosa paz


Miguel Rojas – Costa Rica

QUE NO ME INUNDEN AYSÉN

De la misma tierra verde
Que ha visto a mi hijo crecer
Yo le canto a bosques lares
Verdes valles de mi Aysen

Como no amar grandes lagos
Que decoran cual diadema
Verdes tierra paraísos
Tierra amada siempre bella

Como el alma se enamora
De sus ríos majestuosos
Van pintándome en los ojos
Sus paisajes de placer

En verano son honores
Lagos zafiros del bosque
Abejorros de amarillo
Van danzando entre los Chochos

Se engala el Coicopihue
quiere ir vestido de rojo
Negro pinta el calafate
Junto al maqui tan sabroso

En invierno es otra cosa
El verde es pintao de blanco
Es el reino del silencio
nieve viste el valle santo

Majestuosas las montañas
Bellas novias blancos trajes
Van pintando de cristales
Los paisajes blancos valles

El calor el fuego lleva
A tomarse uno o dos mates
Mientras sale el pan del horno
Compartimos con la Madre

Afuera el viento va silbando
Amenaza con tormenta
Van cayendo ya las gotas
Que antecede al chaparrón

Échale otro leño al fuego
que la nieve va escapando
va engrosando los caudales
hace frió en estos valles

Bella es mi tierra de flores
De contrastes y misterios
Paraíso olvidado
Es el cielo p’al viajero

He de amar la noble tierra
Que a mi hijo vio nacer
Ensoñando sus bellezas
En los valles de mi Aysén

Y ese acento patagón
Ese que junto al fogón
Junto al mate de la abuela
Con los años se adopto

He de amar tu clima fuerte
Fuertes vientos, chaparrón
O la nieve que nos cae
Son tus aguas tu valor

Necesario para hacer
El trabajo del pintor
va mojando sus pinceles
Pa’ pintarnos Puerto Aysén

Como puede hoy el hombre
Deshonrar nuestros ancestros
Sacrificios hoy en vano
De colonos y viajeros

Como pueden habitantes
Hoy prostituir los valles
Como pueden hombres nobles
Venderle el agua a nadie

Y es que se olvidan ustedes
Que la tierra estaba antes
Que los valles tienen dueños
Antes que hombres habitantes

Son los zorros y conejos
Son de pumas y huillines
Son huemules e insectos
De las aves son los vientos

Con que derecho hoy vendes
El paraíso al profano
Que lo único que intenta
Es con oro el engaño

Las represas amenazan
Hoy tus silencios mi tierra
Dios no quiera que te borren
Con pinceles de progreso
Tus colores y tus flores
Tus paisajes y tus cielos

¿Como pueden habitantes?
¿Como hurtan lo adorado?
No permitan que el progreso
Robe usurpe lo sagrado

No se olviden habitantes
Que esta tierra no es de ustedes
Que esta tierra era antes
Del que de arriba nos ve
Con tristeza como herimos
Nuestra madre nuestra piel

Hoy yo miro con dolor
son muy pocos los que claman
mientras la tierra arrebatan
Los que aquí nunca vivieron

Como compran ignorantes
Que les creen sus mentiras
Mas trabajo, tonterías
Mas dinero, porquerías!

Como matan animales
Como ensucian nuestros valles
Insolentes y profanos
No respetan lo que amamos

Si tu alma hoy me escucha
Si algo toco el corazón
Si no mueren mas las truchas
Disminuye el desazón

Ven Señora Madre Tierra
Ven protege nuestras hierbas
No permitas mi señora
que inunden la Patagonia


Lía Villablanca Delgado - Chile

MIÑO

Cerca al oso polar
Lejos
Del oro polar
En su pequeño mundo sanguinario
Blanco o blanco o amarillento
Conserva el extremo negro de su larga cola
Porque cuchichean el niño y la mustela
Extraordinariamente flexible
Compadre de la abeja
Líneas albas y oro
Muy blanco en todo él o solamente en parte
Lo que es en toda época buen rasgo de identificación
Las canas del cielo sobre la nieve
Hallado con 100 o 300 gramos
Cariño al armiño, de su piel y abrigo
En los bosques y la estepa
En el corazón de un matojo espinoso
O bajo un montan de pedruscos
Dentro de su general escasez
Alimenta de ratones, pájaros, lagartijas, insectos y fruta. Se.
Nunca se ha podido afirmar que sea nocturno o no
Es imposible observarle en todo momento del día o de la noche
Quizá no existe. Alma delirante yaciente en los ojos
Transcurre el día en varias fases de actividad entrecortada por periodos de sueño
Es terrestre y no trepa
Es fértil desde finales de marzo hasta principios de agosto
La hembra sólo entra en celo unos días
Gesta de 38 días. De seis a doce crías
En primavera o en verano
Y cuando tiene de 35 a 42 días abre los ojos
Cuando el pequeño que habita en huras a lo largo y ancho de la tundra
Decide alimentarse de mamíferos y aves. Desparece y, queda
Solamente el pincel de pelos que adorna el remate de su cola que permanece siempre negro.
Es quizá la oscuridad de los días.


Félix Méndez – Perú

VIENTO

regálame una poesía
de conjuros ancestrales,
que trasmute los caprichos
anclados en estaciones infames,
que despliegue matices del universo
y en sutiles retazos eternos
resguarde los versos.

Una poesía quiero

para ahuyentar la soledad del exilo
igual que la calandria ahuyenta
con su canto las sombras
habitadas de ausencias

Viento regálame una poesía,
con tu fuerza y la emoción del poeta,
atesórale la esperanza
que borre de este corazón
el estigma que grabó el arcano
cuando me habló de amor.

María Rosa Perea - Argentina

A UN ÁRBOL QUE FUE CASI HUMANO

Se quedó solo el álamo
de tantas hojas que le brillaron
apenas si queda sombra.
Dos, le danzan halagos
el resto, bailan tierra
en la que renacen.
Se quedó solo el álamo
retorcido y sombrío
aparece en el campo.
De aquella belleza que fue
ni estela bajo la aurora.
El búho no descansa en sus ramas
vacías de miradas.
Un cuenco ríe mientras le muestra
gotas de agua.
No mojará sus raíces,
demasiado derroche sería
cuando la vida apenas
serán días, para el viejo
y olvidado álamo.


Maribel Sánchez - España

LIMA DE LOS MALECONES

Esta tarde
las luces
del parque
el tiempo
corroe
el mar
el acantilado
los corazones
mis manos
tus manos
esperan
silenciosas
el tiempo
de amar
en las playas
la neblina
como hiere
el invierno
el rostro
de los solitarios
es alegría
es melancolía
siempre
es Lima
de los
malecones.
los versos
guardados
en un cajón
de lágrimas
también intactas
las penas
del mundo
un ciego
en el rincón
de la plaza
hay momentos
que sueño
Barranco
sus casas
las calles
los bares
tenues
en la garúa
el camino
en tranvía
solo dura
15 minutos
Caminar
desde Magdalena
caminar
en el dolor
en cada esquina
existe
un dolor
el sol
que se oculta
las piedras
que caen
por cada temblor
todos los años
viene
modelos
fashion girls
damas de compañía
tristeza
en discotecas
ayer vi
los muertos
salir
reservados
sus derechos
de admisión
reservados
sus derechos
de lastimar.
Puente Villena
guardia
prohíbe
salvarse
morir
un horror controlado
nadie entiende
la belleza
de la muerte
los payasos
parque Salazar
fumar
en la bruma
los policías
golpean
los borrachos
que bailan
en paso ebrio
pero hermoso
no queda
más
sufrir en silencio
esconderse
en las calles
en la faz
de la luna
su reflejo
en el mar
de Lima
se distinguen
los rostros
de cada uno
de nuestros
corazones.


Víctor Manuel Gammarra Goicochea – Perú

LAS VOCES DEL AGUA

Cantarina y fresca es el agua entre las piedras,
Suele hablar de primaveras y milagros vegetales,
Reposa en remansos con sombreros de espuma
Y deja que los peces escriban sus relámpagos.
Sin embargo, ahora, puedo ver su llanto de cristal,
Tintineando con dolor en su carrera de moléculas.
Ya no reflexiona como antes la luz de la montaña,
Hundió todos los vuelos nerviosos en remolinos,
No esperó esa hoja que recién ayer le susurraba,
Porque le conmovía, hermana, tu dolor combativo,
Yo escuché tu nombre, Chepa, repetido mil veces.
En murmullos distintos y cada vez más diversos,
En réplicas terrestres para que, hoy, no murieras,
En súplicas del espacio, en el retorno de las aves,
En las esporas de un silencio estremecido de pena.
Yo escuché todas la voces del agua, hermana mía,
Que piden que resistas, pues vienen más batallas.


Julio Campos Ávila - Chile

ODA AL VIENTO

Soy viento
eres viento
somos viento
solo eso
soplo
ráfaga
instante
por más
rutilante
claro
que no dejaremos huella
huella
ninguna huella
diversión
del universo
pasatiempo
de la energía
de la fuerza
¿regocijo o no?
de la llama
original
¿para que odiar?


Graciela Castellano - Uruguay
EL BOSQUE

Intenta mi mente alejar,
dubitativamente,
negros placeres,
que consigo traen la idea de la muerte.
¿Has recibido luz?
En el interior del bosque, la luz no se atreve
espera siempre detrás,
no existen señales que muestren una salida.
Treta de la obscuridad,
imágenes que nos regocijan, falsas,
tu mente se engaña, al igual que te alma.
Rasguño en las fauces de la profunda negrura,
solo un rasguño, cerrando los ojos puedo verlo,
te acercas, dejas una palabra,
y para siempre se ha cerrado aquella grieta.
Ahora todo es nada,
obscuridad, profunda y fría,
vacío que desgarra,
¿Cómo he de escapar de aquí?


Esteban Luis Iacomelli - Argentina
ARRAYÁN


Tu boca es un acantilado de arrayanes
Con las oscuras ciruelas del deseo
en mi boca
entorno los ojos al sol de mediodía

Y el verano tiembla en tu mirada
Obligando a perderme en el remolino
De arena sin fin del verano tardío

Envuelta en el perfume blanco del árbol viejo
Sobre la rama que acaricia el suelo
Te espero quieta un año mas…

Aquí, al borde del árbol al final de la calle…


Tabi Alonso – México
CASI COMO HECHIZADA

Anoche volví
tarde a casa.

Me había demorado,
como otras tantas veces,
entre el mar de papeles
que pueblan, en desorden,
mi lugar de trabajo.

Y volvía apurada,
abstraída de todo,
pensando en casi nada.

Era una noche clara
de brisa apenas fresca,
una noche encantada...

Al llegar a la esquina
de mi calle, me quedé
allí parada y miré
la pendiente hacia el río.

Casi como hechizada,
caminé lentamente
hasta el muelle desierto.

Era el cuadro de siempre
pero era siempre nuevo:
mil luces se espejaban
sobre el agua tranquila
y en el cielo imperaba
una luna dormida.
¡Era tan grande y única
esa luna amarilla!...

En la orilla de enfrente
se repetía el juego
de luces y de brillos.

Respiré intensamente
y, casi como con miedo,
le di la espalda al río.

Retomé como pude
el camino a mi casa
y de nuevo, muy lento,
casi como hechizada,
desanduve mis pasos
esas dos cuadras largas,
embobada de luna,
de fulgores, de sueños
y mareada de asombros.


María Rosa León- Argentina
SOÑANDO ANDO

Soñé que era una estrella,
lo que no es mérito inmenso,
que flotaba dando vueltas
sobre un eje eterno.
Soñé que despertaba
abrazada a una esponja
que era una nube
sumergida en el
profundo océano.
Soñé que me mecía en
lo alto de una rama
y despertaba adolorida
por el olor a manzana.
Soñé que tenía en las manos
veinte flores, con los
cabellos flotando
en un pantano,
que raíces terminaban
mis piernas, que la
espalda se me volvía
playa y palmeras;
los oídos de concha
me soñaba;
concha a concha va
cayendo la luna,
concha y nácar
arroja en mi cama
y yo sueño que sueño
que no
he nacido humana.

Ana Jácome – México
SOLEDAD

I

Sentado frente al mar
Grite
El amor sin ti, no existe.
La mar me respondió:
Cuando te llegó...
No lo quisisteis

II

Mientes...
Todo es mentira;
a grandes voces respondí
Mis sueños son amándola
Una ola respondió! ,Oh pobre de ti!

III

Despiertas sin poder abrazarle;
Tienes vacíos sin poder llenarte;
Sientes alas sin poder alcanzarle;

IV

Cuando la ola a la playa llegó
con una cristalina voz
Este estribillo cantó:
"Cuando llega no puedes"
"Cuando puedes no estás"
Convirtiéndose la ola,
En plateada espuma
A la orilla
del mar.


Jorge Caicedo - Colombia
UNA VEZ MÁS

Y aquí estoy
frente a la tierra
al verde incomprensible
al horizonte indemne

otra vez frente a frente
emergiendo de mí
con la raíz a cuestas
destrozando caminos
oliendo enredaderas de campanillas lilas

cíclica
sistemáticamente reaparezco
escudriñando orígenes
restituyendo peces boquiabiertos
a inéditas lagunas
intrínsecamente superpuestas
a arcaicos subterráneos cursos de agua

una vez más
y muchas
tantas veces me verá frente a frente
el mar abierto
palpando – pies descalzos-
el verde y la humedad que se cuela en las plantas
se adhiere a los tobillos
rodeando los muslos
el vientre, la cintura
trepando la costumbre de pasos imprecisos

estoy
una vez más
oteando el infinito
que no sabe de ríos
no sabe de montañas
sólo sabe de árboles
de pájaros
de sueños insepultos
de pequeños y astillados pedazos de la infancia
peces sin agua
hundiendo las agallas en terrones gastados
perdurando boca abierta a ese cielo
que se llueve en pedazos.


Nieves Granero Sánchez – España
LA MARIPOSA DE LA PAZ

En el Sutra Diamante, habita la mariposa luna
aquella que al batir las alas en Oriente provoca una tormenta en Occidente.
Ah, el efecto mariposa luna, ese fenómeno de fenómenos
que aplaudimos en la ciencia y desdeñamos en el espíritu.
Ese efecto mariposa luna cuyas plateadas alas pueden provocar
hilos de lluvia o espigas solares,
círculos de buitres o botones de bugambilias.
Existen alas visibles: amarillas, azules, aguafuego que se hacen una con el viento
y también alas invisibles: mariposa mente y mariposa corazón
cuyos vuelos tienen la potestad de hacer y deshacer las realidades del mundo.
Entonces, ¿una mariposa luna puede generar un ciclón?
Sí, pero también puede provocar un amanecer violeta.

En un enjambre todo parece caos, sin embargo, cada mariposa es el enjambre.
Una guerra es un enjambre. Y todas nuestras mariposas invisibles
son partícipes ya para alentar al opresor, ya para detener un proyectil.
La pastora que domestica sus mariposas agresivas detiene al misil.
El ciego que cría mariposas nocturnas fortalece al tirano.
Tal es el efecto mariposa luna.

Nada hay en el pensamiento mariposa o en la acción mariposa,
aún la más humilde, que no haga temblar al universo entero.
El genocida lanza mariposas envenenadas. Y cada vez que damos a beber veneno
a nuestras mariposas –aun en dosis infinitesimales–
nos convertimos en cómplices del malvado.
Pero, igualmente, si liberamos de nuestros corazones a la mítica mariposa dorada
del karuna y la benevolencia, nos volvemos sembradores de la paz.

Juntemos las manos en gassho y hagamos una reverencia a la mariposa Buda,
a la mariposa mente-despierta que puede separar lo cierto de lo ilusorio,
a la mariposa crística de alas transparentes capaz de ofrecer
generosidad a la mezquindad, amor al odio,
benevolencia a la maldad, Verdad a la mentira y paz a la guerra.

Salve, mariposa ahimsa, mariposa de la no violencia, mariposa Gandhi,
mariposa de la compasión, de la dignidad y de la resistencia,
no nos dejes caer en la tentación de responder al infierno con demonios

y líbranos de hacer el mal y del peor de todos los males
que es el egótico imperio del poder, de la devastación y la ignorancia.
Amén.


Fernando Ruiz-Torres – México
LAS LUCIÉRNAGAS

Las luciérnagas
No son de este mundo
Labran los tejidos de la oscuridad.

Desde la ventana
Contemplo la faena
Hasta que un fulminante rayo
También labra mi alma.

Ahora
Tomo las riendas
Para cabalgar un destino:
Seré noche y farol.

Incendiario momento
Que promete la noche
Zozobrando las ramas
Y el follaje del bosque.


Lucía Salerno - Venezuela
A LA MEMORIA DEL ÁRBOL CAÍDO

Solemnes árboles caídos,
a la sombra, en la vereda de los hombres.
Duros, estáticos, pulidos
desvalidos, juntos y sin nombre.

Solemne piedad la que los yergue
y solemne el tributo rendido.
Como solemne es el fruto recibido
por la mano que de pronto los sumerge.

Por llorar, la tierra se enmudece.
Por cantar en alabanzas, ceca el viento sus entrañas.
Por rogar para que el árbol lo se enderece,
el árbol se secó de la nostalgia.

En el silencio de su henchida sombra
una cítara suavemente se enmudece;
y en el canto de un laúd, que se empobrece,
canta el eco milenario de su gloria.

Aves muertas en la rama detenida,
el regocijo calmo de los dioses;
retiradas de la escena de la vida
retumban añoranzas de sus voces.

Árboles que imploran al viento,
una plegaria !


Alejandro Rivas – Argentina
LA LUNA DE MI TIERRA
Podría decir que la vida es poca
Cuando me paseo
Por los campos y aldeas de mi tierra

Es como un milagro
Todo tan de mi gusto y goce
Que me desnuda en otras angustias

En las noches
La luna
Pasa
Como una flor
Como un beso
Cubriéndome el alma
Como una voz
Diciendo:
Amor
Por qué no me escribes.



Alberto José Pérez - Venezuela
USHUAIA

Si mira este cuerpo
silencio
sólo silencio enraizado
como si un río taciturno
viviera en mis pensamientos
Y ese sendero de pronto hueco sin fin
con su figura errante sin usted
Y yo
con el pecho quebrado en suspiros
En la pasión de la tierra
recojo sus huellas para seguir
Sus huellas son mías
como la soledad que dejó
porque usted puso en cada palabra humor
y coma
trajo alas
y una nube en las manos para que volara
descansándome en la luna
Encaballada en la noche
anduve el crepúsculo con escolta de fantasmas
busqué su palabra entre pájaros
donde el sueño cae
y en el ardor de los gatos
Descubrí lumbre plateada en el cielo
fuego y sal en la piel
usted conmigo
yo sin usted.
Fiel a su risa
con el cuerpo al viento
ajusté amaneceres
pólvora
y carne en usted
Destino por qué apurar despedidas
con qué mano escribiste adiós
urgía llenar libro de malqueridos
o fue una más de tus bromas
No encuentro sol y avenida
sin usted
soy mujer desnuda
sin mí


Elia Casillas – México
USHUAIA

Si mira este cuerpo
silencio
sólo silencio enraizado
como si un río taciturno
viviera en mis pensamientos
Y ese sendero de pronto hueco sin fin
con su figura errante sin usted
Y yo
con el pecho quebrado en suspiros
En la pasión de la tierra
recojo sus huellas para seguir
Sus huellas son mías
como la soledad que dejó
porque usted puso en cada palabra humor
y coma
trajo alas
y una nube en las manos para que volara
descansándome en la luna
Encaballada en la noche
anduve el crepúsculo con escolta de fantasmas
busqué su palabra entre pájaros
donde el sueño cae
y en el ardor de los gatos
Descubrí lumbre plateada en el cielo
fuego y sal en la piel
usted conmigo
yo sin usted.
Fiel a su risa
con el cuerpo al viento
ajusté amaneceres
pólvora
y carne en usted
Destino por qué apurar despedidas
con qué mano escribiste adiós
urgía llenar libro de malqueridos
o fue una más de tus bromas
No encuentro sol y avenida
sin usted
soy mujer desnuda
sin mí


Elia Casillas – México
HA VUELTO EL AGUA

Los niños juegan entre las aguas.
Las hojas viejas caen,
la calle al fin se baña.
Se vino el cielo abajo.
¡Oh, bendita agua!

No, ¿Qué bendita?
¿Si ha tiempo no venías,
por qué malvadamente
hoy llegas enojada?

Ellos la adoran,
no miran su color,
eso no importa.
Ha llegado el agua,
está cayendo.
Hoy tienen en la calle
lo que en la casa falta.

“¡Entren!”, escuchan.
Mas no responden,
siguen jugando.
Ya casi lava el polvo
para ser limpia el agua.

El caño a una esquina
del techo, la reúne,
alimentando un tanque
sobrado de vacío,
carente de esperanza.

Lloran las madres,
y afuera de la casa
los niños ríen,
regodeados, cantan
hundidas sus rodillas.
Se zambullen las guaguas.

Ríen también las ratas,
los Aedes, las arañas
que habitan en los tubos
que antaño se inundaron
pero hoy ya no se bañan.

¿Cuándo regresa el agua?
El pueblo está maldito.
Si no es calor es frío,
si no es sequía riada,
agudos torbellinos
cuando el calor no mata.

Pero en el frente hay agua.
¡Saber de donde viene!
Los niños nadan.

Mas, ¿cuándo vuelve aquella,
la que la sed apaga,
la que la madre espera,
la que por meses paga,
la que en el campo sobra,
la que en el barrio falta?.


Cristino Alberto Gómez-República Dominicana
CUANDO CHILE NO EXISTA

Cuando Chile no exista
y el río se extinga

Cuando luces y alamedas
se apaguen

Cuando ya no podamos comprar
en Santiago
explotado y vacío
Entonces esperarás
abigarrada junto a un paraguas
sitiada por vendedores salvajes
y estertores proféticos

Volveremos a ser miserables
lejos del reino que queríamos

Viviremos peor
que antes de la hecatombe
O enfermaremos repentinamente
juntos
acostados sobre “nomeolvides”
de barrios blancos

Porque ningún presidente
querida
vendrá para vengarnos

Cuando acabe este país desunido
y el norte no sea más que una fotografía
o el sur una llamarada sosegada
partida en dos
por el abrazo de un gran terremoto
sacudiendo de raíz
la figura decimonónica de la Catedral

Seremos querida
los máximos vivientes
Tal vez empecemos de nuevo
la larga vieja historia del comedor
y el living
recibiendo visitas los domingo

Compraremos pan
serviremos sonidos de sal y azúcar

Porque cuando Chile no exista
nuestro papel será más exagerado

Deberemos combatir
Así es la historia
querida
Música de una pistola radioactiva
sobre un palacio
Lluvia de monedas gastadas
No te mueras

Se nos ha partido el país en dos
Aún tenemos plebe
ciudadanos
Aún nos tenemos
Aún nos queremos


Marcelo Mallea - Chile
ACONTECIMIENTO

Hoy en un día especial en la gran ciudad:
Llueve

Tu cuerpo húmedo junto al mío
me hace recordar otros cuerpos
y otras lluvias.

Valdivia,
Olor a lluvia sobre lluvias

Temuco,
olor a leña de gualle

La verdad,
prefiero no lleva en la gran ciudad


Juan Carlos Vásquez - La Araucanía - Chile
MEMORIAS

Emparejadas con la parsimoniosa sombra
Pareciera que penden líquidas memorias
Y que al caer, diluidas las historias,
Se diluviaran males en calma y tromba.
Parecieran muchas cosas. Pareciera que… Pocas.
Pero es la inmarcesibilidad de los instantes
La que desfigura y torna los elementos constantes
Que a veces sal o piel o tierra o rocas.
Pareciera que la mañana, cargada de todos los días,
Se escurre en altas sobredosis
Y que de gota en gota se van alegrías
y toma el alma su periodo de metamorfosis.
Pareciera que la tarde, en vestuario de noche,
Le quita tiempo al mediodía
Y en preludios de batalla llega el reproche
Del ausente tiempo que desconfía
Pareciera que llega el tiempo y no cesa, efluvia.
Interrumpida la línea escritural de la lluvia,
Pareciera que así termina: En tristeza.
Pareciera que así termina… Comienza.
Porque la lluvia siempre es una
Y las nubes siempre son más de dos.
La lluvia como sea es poco…
El cielo una inmensidad de dolor.
Por eso la lluvia es muda
Y el cielo impetuoso voceador.
Por eso la calma turba.
Pareciera que lo sé… pareciera que soy.
Cuando el círculo de luz se desvanece
Y la mueca del cielo dice adiós
Pareciera que la tierra amanece
O que se tranquiliza dios.
La noche tiene gesto de sorpresa,
Es una boca gigantesca haciendo: ¡oh!


Pareciera que sabemos… tristeza…
Que la lluvia… que nosotros… que más de dos.



Alejandro López Urquiza – México
SOÑAR UN SUEÑO

Quien pudiera,
cruzar el espejo
y saltar jubilosa
en nebulosas extrañas.
Bailar entre las nubes,
esquivar golondrinas.
El horizonte espiar detrás de un árbol
y temblar al dar las doce,
el campanario fantasma,
que asoma entre las brumas.
Caminar descalza sobre el musgo fresco.
Girar en torbellino
levantando hojarascas otoñales,
que se pegaran en mi cuerpo.
Hasta que la magia acabe,
por un cucú impertinente,
que la realidad marca.


Mirta Alicia Gisondi Ituzaingo - Argentina
DECLARACIÓN DE AMOR
A LA CIUDAD DE SAO PAULO


Antes de hoy sólo fui un ser sin ti
así es, mi amor, mi aguas, así es. Mi
hermana, madre, esposa, amiga, amante
después de ahora si lo quieres, si
quieres que sea tu amor, tu agua y
tu hermano, padre, esposo, amigo, amante.
Al morir quiero ser sólo un viví
contigo, y ahora, un en ti adelante.


Isidro Iturat – Brasil
ALAS FRIAS

Invierno
La madrugada
bostezó en mi rostro
Mi boca se abrió
barrera soltando un suspiro
aún adormecido
Palabras de humo
despliegan sus alas
sobre la cabellera blanca
de los árboles
Camino por el aire
perezosa
sometiéndome
a la breve jornada
Mis manos frías
reproducen
el tiempo
Me hago ovillo
al andar
Gozo las horas
minúsculas de luz
Aprendo la desnudez
de las ramas
y la densidad del aire
Invierno
nada te apura
el almanaque no existe
retiene tu gris
que imita mi ser.


Lidia Castro Hernando – Argentina
XX
Esta canción no la escuché ayer
sino cuando partió mi hermano
en busca de no se sabe qué solapa
y quedé como un reloj
donde la noche deja su rocío
no conozco otro fantasma en los recuerdos
corté la hebra que anunciaba su retorno
mi hermano está perdido
y no ocupo su lugar nací para otros menesteres
el álbum es un caballo meciéndose en el sonido de un arpa
la toca mi madre que está con las palomas
las palomas vienen a traer la infancia en las sábanas tendidas
el año aquí comienza
soy el pasado en las hojas del flamboyán
soy el presente en la inocente luz de las velas
pero quién soy
si me veo repetido en los tejados
en los vuelos de las palomas de mi madre
el año comienza en medio de las voces
mi hermano vuelve
mi madre puede consolarme
pero olvida mi nombre más allá de los laureles
que asoman por sus dedos
y nada más lejano
que el innombrable hermano que regresa.


Leonardo Hernández Cala - España
Soy.

Soy una calle solitaria, nocturna…
Soy un poema de Borges,
inmenso, profundo, laberíntico;
leído como diatriba a la ausencia
paradójica, mortal, eterna,
de un amor perdido por un aire
que jamás lo ha visto.
Soy un encuentro en Recoleta,
poblado de versos de Pessoa,
recitados por una voz sin Patria.
Soy un beso inesperado
en una fría noche en el Parque Lezama.
Soy un tango.
Soy todos los tangos.
Soy una letra de Manzi,
la más trágica. Malena. Sur. Después…
¡Qué importa del después!
Son el barrio de Flores inventado por Dolina.
Pero no soy una de sus fatales mujeres.
Soy uno de sus Hombres Sensibles,
que saben que la Vida vale menos que el Amor.
Y se juegan y van por más
capaces de todo heroísmo por un amor.
Por ese amor que nunca alcanzarán
pero luchan por merecer.
Soy la Casa Tomada de Cortázar,
y un tango de Piazzola.
Piantada, piantada, piantada…
¡Queréme así piantada!
Pero queréme…mirando al Río
que sueña el mar y la distancia
que jamás mira a la ciudad
que tampoco lo mira.
Soy una pintura de Soldi,
y una foto en sepia.
Soy Montevideo,
transformada en amante discreta,
modesta, sencilla, profunda.
Y soy una daga, otra vez Borges,
hija de una revancha que no fue
clavada para siempre
en el centro mismo de los sueños.
Soy Buenos Aires en el acento.
Pero soy un sueño de paz en las montañas.
En esas montañas prometidas por la sangre
urdidas en mis fantasías
por los cuentos de la infancia,
de una europea herencia.
Pero están aquí y me besaron.
Pero que olvidaron el rescate,
o no se animaron a pagarlo.
Entonces soy fracaso.
Eterno, fracaso,
Que gira sin consuelo
Hasta que alcance por fin su derrota.


Sandra Nélida Pécora – Argentina
ESTACIÓN COLOMBIA

El viento soplaba.
La nostalgia volaba hacia la derecha.
La melancolía a la izquierda.
La soledad las juntaba en un remolino lleno de emociones.
De un futuro quieto.
Un lago de cisnes congelado, hermoso.
No, no tan hermoso.
No tan hermoso como el baile de las hojas de otoño sobre un verde gras impecable.
Una alfombra natural corroída por matices de marrón, un colage de niño inocente, sabio.
El viento, la fuerza, la gravedad, el agua, el espacio… ¡La tierra!
El frío tan profundo de los Alpes.
La distancia de mí hasta ti, de Francia a Madrid.
De todos los elementos sólo uno faltaba.
Uno que es rojo, naranja y amarillo.
Uno que da calor.
Para el que hacen falta dos.
Mi próxima estación.


Carolina Mora Jáuregui - Perú
MADRE TIERRA

A ti, Gaia, Madre Tierra,
Perdónanos porque
no sabemos lo que hacemos.
Sorbemos de tus senos
leche, maná;
sin embargo, destruimos
el vientre que nos engendró.
Hemos contaminado el aire
y tus pulmones destrozados
apenas respiran.
Tu, Madre, a cambio
nos otorgas el aliento diario.
¿Qué hemos hecho con tu sangre
para que ese rojo brillante se torne negro?
Y a cambio nos regalas el frescor
de la savia renovada.
Juntemos todas las manos
para curarte, cuidarte, consolarte,
y ofrendarte una pizca del amor
que tu derramas sin medida
todos los días.


Marisa Serrano – España
LÁGRIMA

La gota descendió de su rostro
rozando la pálida esencia de su velo,
sus almendros giraron el espejo
y la pupila decoloró lágrimas…

El instante penetró en triste llanto
y los ojos difuminaron el tiempo
con el color transparente
de un sollozo.

Sus labios tragaron las gotas
de dos astros que, desde arriba,
se hundían en ojeras…

Y el río se filtró
por los pasillos del espacio.

La lágrima cayó al vacío
y su gota se hizo árbol.


Rosario Sabariego Gómez - España
Hoy me abracé a tu alma
y volé por espacios de colores,
por veranos donde los otoños
se adelantan,
por esa sombra de beso
que esperará mañana.

Hoy me llenastes de caracolas
y tendistes tus manos
sin miedo hacia la nada.
Déjame que te mire
para llevarme tu recuerdo
y esa infinita nostalgia
de no tenerte en mi casa.

Buscaremos un tiempo
donde encontrarnos,
alguna tarde de invierno
con olor a agua.
Y allí donde todo es azul
habrá un reflejo de mar.


Lupe García Araya - España
ES EN EL AIRE

El humo en el humo
El aire soplando muerte
Es el Sol en el Sol
El Hombre en el Hombre
Es un dios respirando en llamas
Es el Sol en la tierra
Es un polvo áspero
Es en toda la sed
La boca abierta
En el Sol
Las llamas que llaman
Los vientos que arden
En el Sol ardiendo
Los cuerpos quemantes
En el Sur de América
El Sol es el Sol quemando
Las hojas húmedas en el humo
Es el tajo abierto de la tierra
El Sol incendiado
En el fuego que va por el mar
En el último quejido despertando muerte
En la tierra toda muriendo
En el Sol
El fuego y toda la sangre
El corazón de los muertos
En el desierto callado
EL MUNDO EN MI CUERPO TODO

A. F. Gorosito - Uruguay
EL BARRIO DE MI INFANCIA

Pasé por aquella esquina
y se me agolpó la infancia
el recuerdo de una calle
donde casi no había casas.
Cuando perdía la vista
en extensión de distancia
divisaba allá, a lo lejos
las casitas más cercanas.
Y las zanjas desbordadas
cuando la lluvia llegaba,
y cuando andaba el invierno
un manto blanco de escarcha.
El paso raudo del tren
por las vías muy cercanas,
serpenteando entre la hierba
como una cinta de plata.
Los huellones de los carros
el manso paso de vacas,
agitando campanillas,
muy temprano en la mañana.
Y en colorido vergel
en explosión de fragancias,
las plantas de blancas flores
el perfume de naranjas,
el huerto que hacía mi madre,
y su canto en las mañanas,
por las ventanas abiertas
se escapaban sus palabras.
Anoche cuando pasé
por la esquina de mi casa
se adueñó de mis sentidos
una profunda nostalgia,
se me arrasaron los ojos
con un torrente de lágrimas
y un recuerdo intenso y dulce
me habitó e inundó el alma.


Estela Pasaglia-Argentina

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